Mi historia con la fotografía infantil empezó cuando era niña, como jugando: Armaba estudios en mi cuarto con sábanas. Tomaba la cámara de mi papá a escondidas y le hacía fotos a mi hermano menor; jugaba a ser una fotógrafa profesional.

Años después, la cosa se puso más seria, Estudié Comunicación en la Universidad de Lima mientras llevaba la carrera corta de fotografía en el Centro de la imagen y trabajaba en un reconocido estudio de foto publicitaria, donde aprendí muchísimo.

Luego conocí el arte de retratar bebés y me enamoré por completo, fue ahí cuando decido capacitarme y emprender abriendo mi propio estudio fotográfico. Llevé muchos cursos de especialización en el extranjero y hasta hoy en día no dejo de estudiar; buscar mejorar mi técnica y llenarme de inspiración es una constante.

Es así como vengo fotografiando a los residentes más nuevecitos de Lima, desde el 2011. Conociendo y viendo crecer familias maravillosas con las que se ha generado una amistad por los años que llevo siendo testigo de los momentos más especiales de sus vidas.

Debo admitir que es una bendición poder dedicarme a crear memorias de felicidad, a hacer algo distinto todos los días, trabajar con colores, LUZ y emociones bonitas, a divertirme y reírme con las ocurrencias de los niños.